Shine on you crazy diamond.

Perderme en una nube de algodón, de alquitrán. Tirarme al vacío de tu cama. Saltar en los charcos que reflejan mi interior hasta vaciarlo y ver los trozos esparcidos en cada gota. Tomar café con hielo para sentirte otra vez recorriéndome por dentro, como un escalofrío.
Eres como respirar humo, el quemazón de echar alcohol en una herida, la puerta al cielo y al infierno al mismo tiempo, un cigarro consumiéndose, unas brasas mal apagadas que aún arden. Que tu rastro se refleja en los agujeros de mis medias, en el vaivén de mis caderas, en los hoyuelos de mi espalda con tus huellas dactilares tatuadas. Te llevo a cuestas en cada paso notando tus colmillos en mis muslos y el recuerdo permanente de tu humedad mezclándose con la mía provocando una oscuridad sofocante que irradia calor en la que suspirar es obligatorio. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores