Pulsando el mando de la desolación.

Eso no entraba en sus planes de super estrella. No había hueco para quererla, para adorar sus defectos. Para correr detrás de ella si se enfadaba. Para admirarla sin maquillaje y creer que estaba guapisima así. Para llevarle flores en un día no especial o aparecer en su puerta sin motivo. No había sitio para sentimientos, ni tiempo para sorprenderla con cualquier detalle. Su nombre permanecía en última posición en 'cosas importantes que hacer'. ¿Qué más daba si se encontraba mal, si lo necesitaba? ¿Por qué iba a preocuparse? Ya se le pasaría a ella sola. Él tenía demasiadas cosas en las que pensar cómo para tener que cargar con ella, con sus tonterías, con sus ganas de quererlo y todo lo que ello conllevaba. ¿Por qué debía importarle que ella siempre estuviera ahí, para él, siempre que la necesitó? Nadie le pidió que estuviera, lo hizo porque ella quiso. El amor disminuía conforme su éxito avanzaba. Su nombre cada vez se borraba más de su mente, y en su corazón ya no quedaba rastro alguno.

1 comentario:

  1. Escribes tú esto? esque es una pasada, me encanta!
    Ya hacía tiempo que no me pasaba por aquí y me alegra ver que sigue igual de genial que siempre :)
    Un besito!

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