La foule

Como amores imaginarios tirando aviones de papel en avenidas desconocidas y parámetros fuera de todo plano. Un bang bang que resuena, explota y enloquece creyéndose un frenesí de sensaciones aspirantes a realidades, tan desconcertadas que podrían corresponder a una habitación azul llena de humo y que, de a saber dónde, emana un repiqueteo de sonidos pudiendo ser confundidos por miradas haciendo crack al estamparse contra el frío suelo. Suelo que recoge cenizas esparcidas en coordenadas desordenadas llevando atado un cartel de busca y captura y, ¿cómo huir de ti mismo sin haberte encontrado?
Intentando maquillar que la única solución es esperar a que los tiempos buenos nos interrumpan tomando café en el lugar más perdido de cualquier mirar, saltando vasos donde abundan los cubitos derretidos y posos de té. Posos que se podrían leer entre líneas, para acabar por recorrer el asfalto vacío de coches, rodeados por los aviones escritos con letra aparentemente normal, con trazos que descubren singularidad y la melancolía de no estar en lo alto, como esos papeles mal doblados antes de ser lanzados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores